
Cuando muchas mamás me preguntan a qué edad podrían empezar sus hijos a hacer actividad “física”, les cuento que ya la están haciendo. Aprender a andar, moverse y habitar el mundo es no sólo un aprendizaje, sino también una puesta en acción del cuerpo y una manera de hacer eso que llamaríamos “ejercicio”.
Menos frecuentes son las preguntas de qué conviene no hacer. Y para mí van íntimamente ligadas ya que hacer menos de lo que no se debe es mejor a hacer más de lo que sí se debe, o de lo que sucede naturalmente.
Si queremos que nuestros bebés hagan más “ejercicio”, deberíamos evitar que pasen demasiado tiempo frente a las pantallas de TV (una costumbre lamentablemente cada vez más habitual, dada la cantidad de pantallas a las que los podemos exponer), y también en andadores o juguetes similares que, si bien favorecen o facilitan la actividad física, también la limitan o la circunscriben, a su modo.
Recordemos que hasta los tres o cuatro años, el concepto de “deporte” en niños carece un poco de sentido, debido a que la coordinación, la motricidad y la madurez favorecen el juego libre antes que las habilidades específicas de un deporte con reglas y objetivos fijos.
¿Y sus bebés, cómo y a qué juegan? Las leo!
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