
Sin embargo, hasta cierto punto, es así. Mi toque de obsesión me hizo detenerme a buscar en el tema y efectivamente algo de verdad hay: los dos primeros años del bebé, son cruciales para su desarrollo. Ya en ese lapso, es decir, en los primeros 24 meses y otro tanto que pasó en el vientre, desarrolló un 75% del cerebro. Es increíble pensar que tanto se logre en tan poco. Y, consecuentemente, el desarrollo que se efectúe durante ese tiempo tiene que ser determinante de cuántas cosas que hará nuestro hijo en el futuro.
Aprendida la importancia, dejé la competencia de lado. No me interesa que mi hijo sea mejor que el vecino! Me interesa, sí, que reciba en este tiempo todo el estímulo, todo el juego, toda la alimentación que se merece, para que el día de mañana sea todo un adulto, en toda sus capacidades, capaz de encarar todo lo que se proponga.
Creo que la maternidad va por ese lado, ¿no?
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