El primer mes de vida de un bebé es importante por varios motivos. Primero, porque constituye el primer aniversario notable de su desarrollo y crecimiento; segundo, porque es también el aniversario de las mamás y los papás siendo mamás y papás, y esto no puede ser menor dadas las ansiedades características del proceso de maternidad y paternidad. Que si el bebé hace esto, que si no lo hace, que si duerme, que si lo estaremos haciendo bien… son todas dudas súper comunes durante este tiempo, y quizá el primer mes de vida del peque también signifique el primer mes de respuestas.
Algunas de las respuestas más valiosas en este tiempo están ligadas a la idea de qué es lo que puede hacer el bebé y qué no en este mes de vida. Y de esto quiero hablar un momento: de las habilidades y los reflejos de un bebé de un mes.
Primero y principal: no exijamos ni esperemos demasiado: el bebé aún no logra ver y focalizar con nitidez, pero puede fijar los ojos en aquello que se encuentre directamente frente a él. Ayudar en este proceso implica ir llamando su atención con objetos llamativos cada vez más lejos de ese ángulo de visión, para ir facilitando su conocimiento del mundo.
El bebé de un mes puede hacer un número de cosas:
1. Reacciona a la voz de la madre o el padre intentando precisar su dirección moviendo su cuerpo;
2. Orienta bien su carita cuando lo toman a upa;
3. Sabe la diferencia del pecho de la madre y los de otra persona;
4. Distingue la luz de la oscuridad, y puede ver la cara de ambos padres cuando lo abrazan y alimentan;
5. Su cabeza aún se cae atrás cuando lo sentamos;
6. Puede responder con una sonrisa social ante varios estímulos que determine positivos, como caricias, susurros y contactos de piel con piel.
Al primer mes sucederán otros donde el nivel de progreso y desarrollo será cada vez mayor. Toda una experiencia para él o ella, lo mismo que para papá y mamá!
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