Me encanta hacer actividad física con mi bebé

Me siento más fuerte, más sana, más enérgica, y él... se divierte

No hay motivos para no entrenar juntos

Yoga, paseos, caminatas, natación... son infinitas las actividades que podés hacer con tu bebé.

miércoles, 27 de marzo de 2019

Crianza con disciplina positiva

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Hay que criar hijos e hijas "fuertes". La palabra “fuertes” quizás muchas personas, por sus experiencias de infancia o por su cultura, la relacionan con alguien que ha sido educado con disciplina al estilo militar, de “mano firme” sin permitirse ser vulnerable e incluso cometer errores.

Sin embargo, los niños fuertes son aquellos a quienes les permitimos, precisamente, ser vulnerables y en el proceso de guiarlos por sus diferentes emociones, ser nosotros mismos conscientes, amorosos, pacientes, todas cualidades que erróneamente se asocian con suavidad. Los niños sanos y fuertes emocionalmente son producto de la disciplina positiva.

La disciplina positiva es aquella que no usa el miedo, ni el castigo, ni los golpes para corregir una conducta y promueve en lugar de reaccionar ante algo que hacen los niños, responder a ellos. Es una práctica que nos invita a conectar desde la intención consciente de tomar los momentos de tensión entre los niños y sus padres, como una oportunidad para crear nuevas conexiones en el cerebro de los niños y enseñar un valor para toda la vida. Basta volver al origen de la palabra disciplina, del latín “discipulus” y recordar que significa imponer un orden necesario para poder llevar a cabo un aprendizaje.

En contraste, la disciplina que se vale de las amenazas y el castigo no enseña, solo logra resultados inmediatos. Además, rompe el puente de afecto entre padres e hijos: separa en lugar de unir. Pero su uso se ha normalizado de alguna manera y es quizás por esto que muchos papás y mamás caen en la trampa de pensar que están haciendo un buen trabajo.

¿Cómo disciplinás a tus hijos?

martes, 12 de marzo de 2019

El estrés en la maternidad

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Cuando del manejo del estrés se trata, la vida de mamá es un acto de malabarismo. Pero se trata de unos malabares para los cuales es imposible prepararse del todo de antemano.

Y es que la crianza infantil en sí misma conlleva múltiples tareas interminables que para muchas mamás resultan abrumadoras. A mamá le corresponde, no solo ocuparse de su bienestar personal, sino del de sus hijos, y en muchos casos también de la administración del hogar y de ocupaciones laborales fuera de casa. Aún en las mejores circunstancias, a diario toda mamá enfrenta cambios y problemas, sean menores o mayores. Y, ¿conocés a alguna mamá a quien le sobre tiempo o ayuda?

El estrés es una reacción natural a presiones físicas, emocionales y ambientales. Además, toda la familia se perjudica cuando el estrés de mamá está fuera de control, especialmente los niños pequeños. Se ha demostrado que hasta los fetos responden alterados cuando la madre siente estrés. Y bajo la influencia del estrés, la mejor mamá puede descuidar o maltratar a sus hijos. Lo importante, además de tratarlo, es, primero, reconocerlo.

Señales y síntomas en tu cuerpo:

Tu ritmo cardiaco y respiratorio, presión sanguínea y tensión muscular suben.
Tu proceso digestivo y tu resistencia a las enfermedades bajan.
Tu digestión cambia (acidez, estreñimiento, diarrea, etc.).
Tu patrones de sueño cambian (insomnio, pesadillas, etc.).
Tu nivel de energía fluctúa (agotamiento, agitación, etc.).
Tu menstruación se irregulariza.
Dolores, achaques, infecciones y enfermedades surgen o se empeoran.

Cuando detectes estos síntomas en conjunto, es posible que te esté atacando el estrés. Hacé entonces las cosas que te calman, o que disfrutés. Pedí ayuda a tus amigos y familia. Date un tiempo exclusivamente para vos. Esto es lo que hace falta.